Thanksgiving
“I would maintain that thanks are the highest form of thought; and that gratitude is happiness doubled by wonder.” G.K. Chesterton
“La felicidad se elige todos los días” - me dijo J. cuando solo éramos amigos. En ese momento lo contradije explicándole que la existencia es muchisimo mas compleja. Él estaba sentado frente a su computadora. Yo me hacía un té. Afuera brillaba el sol en una Buenos Aires con 5ºC.
Ayer mientras caminaba hacia mi clase de yoga, y me daba el frío en la cara, me acordé de esa escena. ¿Quién se creía este pibe para arruinar la hora del tecito con preguntas existenciales? Mientras le decía que ser feliz como un continuo es un ideal sobrevalorado, buscaba una respuesta honesta a su pregunta. Sabía que había razones para afirmar sin muchas vueltas que tenía una vida feliz, pero al mismo tiempo no sentía que fuera cierto. ¿Cómo se hace para elegir la felicidad cuando no podes evitar hacer foco en la falta? ¿Cómo disfrutar del presente aunque no te esté pasando todo lo que querés que te pase? Luego la culpa: ¿por qué lo que tengo no me alcanza? Y finalmente el miedo de que pasen los años y ver que fuiste feliz pero no te diste cuenta.
M. es la versión rubia y canadiense de Lorelai Gilmore. Es enérgica, alegre, habla rápido. En lo único que se diferencia es en que casi no toma café. Siempre admiro su capacidad para brillar en 10 reuniones por día, nunca jamás perder la sonrisa, y poder con todo sin tomar una gota de cafeína. En las reuniones de trabajo, pide que cada miembro del equipo diga en voz alta un win of the week: algo positivo que nos hizo la semana. No hace falta que sea muy relevante, todo lo contrario: se trata de buscar hasta encontrar un pequeño rubí en las arenas de un desierto.
Ya no trabajo con ella pero sigo anotando en mi agenda lo mejor de mi semana. La memoria es caprichosa. Nunca sabemos de qué nos vamos a acordar en el futuro. El win of the week es mi forma de recordarme que voy creando mi felicidad de a poquito. Que es mentira que para ser feliz te tienen que pasar cosas dignas de ser contadas. La felicidad no es vivir de viaje, ni tener una carrera apasionante. Definitivamente no es irte del país. Son cosas mucho mas chiquitas que están incrustadas en la rutina, más al alcance de la mano. Lo difícil es registrarlas mientras el celular te interrumpe la vida para mostrarte que felices son siempre los otros.
Cuando elijo el win de la semana ya sé que van a ser hechos minúsculos, que no marcan puntos de quiebre: cuando volvimos a conseguir yerba - el domingo en que nos dimos el lujo de descansar en el sillón - cruzarme con un conejito. Podría haber vivido sin todos ellos, pero sin dudas hubiera sido menos feliz porque mis mañanas sin mate no son tan lindas como las que lo tienen. El cansancio va y viene pero saber que cuento con ese espacio para mi, no da igual. Y cruzarme conejitos me saca siempre una sonrisa.
J. tenía razón, y yo me río un poco de mis resistencias, mis contradicciones. El existe en el lado iluminado de la luna; y yo tengo una tendencia insoportable a perderme en la oscuridad de lo complejo. Hace un tiempo entendí que la mente me tiende trampas, y que la única forma de dejar de ver lo vacío del vaso es agradecer por toda el agua que ya lo llena. Count your blessings, y agradecer. Tal vez suene un poco naive pero lo contrario me resulta cínico. ¿Cómo no darnos el lujo de ser felices cuando hay tanta belleza a nuestro alrededor? Es un sacrilegio pasar por la vida y no animarse a elegir la felicidad.
J. no necesita hacer el ejercicio del win of the week, lo vive naturalmente, pero a mi me ayuda a no perder perspectiva. Sé que se vienen meses oscuros, que me voy a quejar porque me falta sol, y me va a costar encontrar lo bello del invierno. Me pregunto si a los canadienses les pasa lo mismo que a mí, y por eso existe una fiesta para frenar un poco, y entregarse a la tarea de agradecer colectivamente.
Acción de Gracias (Thanksgiving) es el segundo domingo de Octubre. Los primeros dos años que pasé acá, me costaba conectar con esta festividad ajena. No existe en Argentina y tampoco tenía nada de espectacular. El primer año fuimos a la casa de nuestras vecinas y el año pasado la pasamos con unos amigos y toda su familia. Estuvo lindo, comimos rico y listo. No representó nada más para mí.
Este año es distinto. Yo estoy distinta. Me conmueve que exista un día para juntarse a comer y simplemente agradecer. Me encanta que sea una fiesta tranquila, que la única decoración sean las últimas flores de la temporada y que no haya regalos. ¿Y qué cambió? Creo que estoy cosechando los frutos de este hábito de encontrar los rubíes en medio del desierto.
The Bookstack
1 libro que leí
Normal People. Sally Rooney (2020)
Hablando de escaparse de la felicidad, si hay dos personajes que se esfuerzan por huir de lo que los hace felices, esos son Marianne y Connell. La novela es una sucesión de escenas que atraviesan la vida de estos amigos desde el colegio hasta que terminan la Universidad.
Parece que a Sally Rooney no le costara escribir. La prosa es ágil, llena de conversaciones que no terminan de transcribirse por entero, y al mismo tiempo, revelan los conflictos más íntimos de los personajes. Si quieren leer un libro liviano y profundo al mismo tiempo, es este.
1 que estoy leyendo
Conversations with Friends. Sally Rooney (2017)
Esta es la primera novela de Sally Ronney, y explora la escena literaria de Dublin desde la mirada de dos chicas de 20 años. Tiene unas observaciones sobre la psicología de los personajes que es fabulosa!
Muchas gracias por haber leído hasta acá, por el tiempo que le dedican a mandarme mensajes hermosos, por compartir y recomendar este newsletter, y por todo el apoyo y el cariño! GRACIAS!
Un abrazo desde el norte,
Agos