Canadá entre el ser y la nada
Hola del otro lado! Güelcom back to the North!
Les escribo una mañana de domingo muy blanca, mientras veo cómo la nieve se acumula encima de los techos, las calles y los autos.
Espero estén contentos de volver a recibir una carta mía. En todos estos meses, escribí muchos borradores que dejé por la mitad y no terminaba de sentarme a darles forma. También, es justo decir que hubo otras cosas que resultaron más prioritarias, concretamente, cuestiones de visas (es un tema muy aburrido, pero si quieren saber algo puntual, escriban y les paso info) que fueron más complicadas de lo normal, y la adaptación a dos trabajos part-time, entre los que hago malabares.
Abrazar lo difícil
Siempre supimos que reinventarnos en otro país iba a tener desafíos. Pero detrás de esa palabra se escondía otra que solamente vimos del todo cuando ya estábamos de este lado: desafíos es sinónimo de dificultades.
Esto puede parecer obvio pero mi teoría es que si te anticipas mucho a la cara difícil del desafío, probablemente no lo hagas. Hay una dosis de locura en dejar todo para arrancar de cero.
Más allá de la aventura, de los paseos en bici por senderos hermosos y de la amabilidad de los canadians, mudarse a otro país es muy difícil. Y no me refiero solamente a las cosas más generales como el idioma, los trámites, y la búsqueda laboral sino también a cuestiones más existenciales como el quienes somos en una realidad tan distinta a la que tenemos como propia.
En el trabajo tuvimos una sesión de team building con una especialista en neurociencia. Hubo un ejercicio que no recuerdo bien en qué consistía pero había que expresar una reflexión personal. Yo dije que estaba configurando la forma en que mi personalidad se expresa en otro idioma y en otra cultura. Hasta ese momento no lo había pensado pero lo cierto es que hay tanto del ser arraigado en millones de costumbres que tenemos automatizadas, un idioma con 500 modismos y chistes intraducibles - todas cosas que son una parte importantisima de cómo me muestro al mundo.
Hay tanto de uno que no se puede traspasar así como así a otro idioma. Hay una personalidad que tengo en castellano, que todavía no logro traducir a mi “personalidad canadiense” - si es que existe. ¿Quién soy yo para los otros, cuando me encuentro en un contexto cultural en el que hay menos demostraciones de afecto, intereses que todavía no siento como propios y costumbres que no manejo?
Extraño muchas cosas de Argentina, y obviamente a muchas personas. Sabía que eso iba a pasarme, pero lo que no sabía era que me iba a extrañar tanto a mí. Ser yo en mi “hábitat natural”, sin presiones ni exigencias nuevas. Me resulta difícil fluir naturalmente y no tener presente que estoy haciendo un esfuerzo por sacar temas de conversación, o por entender el contexto inmediato en una charla de la que participo. Me parece tambien un misterio saber cómo me perciben los demás, qué tan parecida será esta Agos a la Agos que todos conocen en Argentina. Estoy segura de una sola cosa, y es que mi humor se ve muy afectado en la English version of myself 🙃
Con el tiempo, algunas de estas cosas se están suavizando. Creo que el primer año tenía muy presente mi etiqueta de “extranjera” y ahora estoy empezando a entender que probablemente eso no es lo único que reflejo. También empecé a pensar que ser de otro país puede sumarme puntos en vez de restarlos. El acento puede ser un rasgo distintivo lindo, y no un cartel fosforescente que grita “alerta”. Sorprender a alguien con un abrazo fuerte, puede hacerlos sentirse bien y agradecidos por haberte compartido algo personal. Algunas veces fluye mi sentido del humor y voy entendiendo que mi mejor recurso es reirme de mis propias costumbres, que aca se ven como excentricidades.
Así como yo estoy empezando a ver los matices entre los canadians, ellos también sabrán ver mis propios matices. Y de a poco la imagen estereotipada que teniamos hace no muchos meses, va adquiriendo otras tonalidades, y matices que van de la gama más suave hasta la más intensa.
En definitiva, Canadá y yo nos estamos conociendo y adaptando. Es un proceso, y como tal no se trata de una línea sino de una curva con subidas y bajadas - una mezcla de pendientes suaves y pronunciadas - que no se pueden esquivar. Como dice Walt Whitman,
«Not I, nor anyone else can travel that Way for you. You must travel it by yourself to find yourself again».
Bueno amigues, me despido de esta carta de tintes existencialistas. Vamos a ver si mantenemos esta tónica el mes que viene, volvemos al estilo de las cartas anteriores, o al silencio. Todo puede pasar!
Si tienen ganas de escribirme para contarme sus impresiones, hacerme preguntas, o saludarme, me harán muy feliz! Si quieren compartir esta carta con alguien más, siéntanse más que libres de hacerlo.
Un abrazo enorme! ❤️
Agos